Cementerio Protestante de Victoria

Por Analía Montórfano

 

 

En mayo de 1827 el cónsul Woodbine Parish inicia gestiones ante el gobierno a fin de conseguir la cesión a la comunidad británica de un terreno para erigir un templo y otro para construir un nuevo cementerio, ya que el existente estaba casi completo. En febrero de 1839 el gobierno de Rosas cedió el que se destinaría para la construcción del templo, pero no hubo fondos para la donación del que ocuparía el cementerio, por lo que la colectividad británica nuevamente se ve obligada a juntar fondos para la adquisición del nuevo terreno. El 21 de agosto de 1832 el cónsul Griffiths informa que el gobierno de Londres, se haría cargo de la mitad de los gastos necesarios para el nuevo establecimiento.

 

En 1833 se finalizó la instalación del Cementerio de la Victoria ubicado en la actual Plaza 1º de Mayo, entre las calles Hipólito Yrigoyen (Victoria), Pasco, Alsina y Pichincha.

 

El nuevo predio de una manzana fue adquirido a Manuel de la Serna y María Luisa Roseti por $4500. Los terrenos que el gobierno británico les obligó a elegir eran más caros que los propuestos inicialmente, por lo que el presupuesto estimado no alcanzaría para toda la obra.  En marzo de 1833 se publica en el periódico editado en inglés en Buenos Aires British Packet que las suscripciones recibidas no alcanzaban y se reiteraba el pedido de aportes a toda la comunidad.

 

Cuando el 7 de junio de 1833 se concreta la compra de la quinta, ya se había acordado que fuera un cementerio para uso general de los protestantes de la ciudad y se había comprometido la cesión de parte del terreno para exclusivo y perpetuo uso de los norteamericanos y alemanes.

 

El Cementerio de la Victoria recibió sus dos primeros muertos británicos el 6 de noviembre de 1833. zzzzzzzzzz

 

Los lotes eran libremente transferibles, pero no podían plantarse árboles en ellos; estaba prohibido colocar lápidas o monumentos contra las paredes perimetrales, ni en ningún espacio común, y estaba prohibida la entrada de carruajes, carretas, caballos u otro ganado; el sepulturero llevaría registro y entregaría copia al capellán británico para su registro oficial.

 

Victoria permaneció abierto durante casi sesenta años, aunque cerrado provisoriamente en dos oportunidades: durante el sitio de Hilario Lagos en 1853, como quedó dicho anteriormente, y durante la epidemia de fiebre amarilla de 1871, cuando el gobierno prohibió el entierro en los cementerios céntricos.

 

A medida que la ciudad iba creciendo, crecían las críticas de los vecinos que pedían que se mudaran a un lugar más alejado. Así en 1869 la Municipalidad notifica a los protestantes que deberían trasladarlo e inicia negociaciones para entregarles un terreno en un lugar más alejando a fin de cerrar definitivamente el de Victoria. Pero las gestiones llevaron más de 20 años.

 

El último enterramiento del Cementerio de Victoria data de noviembre de 1892. Algunos restos, monumentos y lápidas, fueron trasladados, proceso que finaliza en 1923. Los restos yacen bajo la playa 1º de Mayo, creada en 1924 y que lleva este nombre desde que el 14 de abril de 1925, donde aún se conserva una placa recordatoria.  

 

La capilla del Cementerio de Victoria es demolida en 1915. 
 

Dicen que aún están bajo los canteros los restos de Elizabeth Chitty, esposa del almirante Guillermo Brown, fallecida a avanzada edad
 

Entierros y personajes ilustres

 

Entre los funerales fastuosos se registra el del joven Juan Benito Zimmermann, hijo del empresario John Zimmermann, a fines de marzo de 1839, con una numerosa procesión de cuatro cuadras.

 

El del médico James McDonnell dos días más tarde, con solemne procesión encabezada por diez caballos engalanados, seguidos por el conductor John Whitaker, el coche fúnebre, nueve carruajes con diplomáticos, marinos y otras personalidades, y varios señores a caballo vestidos de estricto duelo.

 

También Victoria fue testigo de enterramientos conmovedores por su simpleza, en los que contrariamente a las costumbres de la época, participaban mujeres y niños, como por ejemplo el de la joven Catherine Gow, de 18 años, en mayo de 1843. Cuentan que cuando el féretro llegó al cementerio y fue retirado del carruaje, fue colocado sobre caballetes, y cuatro señoritas vestidas de blanco y con un ramo de flores avanzaron hacia el ataúd. Lo levantaron lentamente y lo cargaron hasta la capilla en el más solemne silencio.

 

Allí estuvieron enterrados personajes como George Allison Temperley, fundador de la localidad de Temperley y uno de los fundadores, en 1866, de la Sociedad Rural Argentina, Patricio María Coghlan y Byrne, escribano, miembro de una tradicional familia de la época, Thomas Eastman fallecido en 1844, armador y capitán de la fragata "George Canning" en la que llegaron desde el viejo mundo a Buenos Aires, el 9 de Marzo de 1812, los futuros generales San Martín, Alvear y Zapiola.
 


Bibliografía:

- MAXIME HANON. Diccionario de Británicos en Buenos Aires (Primera Epoca). Ed. GuttenPress, Bs. As. julio 2005

- ROBERTO FERNÁNDEZ ALFARO: Investigación hecha por la Escuela Cangallo (Cangallo Schule) sobre el origen de los actuales espacios verdes del barrio de Balvanera.
- ROBERTO FERNÁNDEZ ALFARO: Artículo "Morir en Buenos Aires. Entierros, velatorios y cementerios en la vieja ciudad". Por Omar López Mato. Revista Todo es Historia, número 424.

- CARLOTA RAUSCHER http://www.la-floresta.com.ar/documentos/cementeriodisidentes.doc

- Com. para la Preservación del Patrimonio Histórico Cultural de la Cdad. de Bs. As. patrim_historico@buenosaires.gov.ar