D. Timoteo Gordillo Ortiz de Ocampo
- Nació: 22 de agosto de 1814, Malligasta (La Rioja)
- Defunción: 29 de agosto de 1894 a la edad de 80 años
Notas generales:
Desde muy joven, Timoteo Gordillo comercia en Copiapó llevando ganado, e importando mercaderías. Ingenioso, activo, pleno de iniciativas, se dedica a mil negocios y empresas, con desigual fortuna. Regresó poco después de la batalla de Caseros y se estableció en Mendoza. Allí se dedicó a desarrollar los servicios públicos provinciales y municipales, abriendo canales de riego y desagüe, y construyendo caminos y postas. Descubrió un posible negocio en las comunicaciones terrestres entre las provincias, especialmente en ese momento, en que el Estado de Buenos Aires estaba separado de la Confederación Argentina y era necesario reorganizar el servicio privado y oficial de postas, sin participación de los empresarios porteños Ruisiñol y Fillol. Fue en Mendoza donde concibió el proyecto de crear una empresa de transporte, similar a la que antes poseía en Copiapó. Asociado primero con algunos vecinos cuyanos, y luego con el presidente de la Confederación, el general Urquiza y con el vicepresidente, el doctor Salvador del Carril, viajó a los Estados Unidos, con el fin de adquirir los elementos indispensables para concretar el patriótico propósito. En 1857, regresó con tres buques de quinientas toneladas cada uno, cuya carga desembarcó en el puerto de Rosario, que había sido declarado, cinco años antes, ‘Puerto de Ultramar’, conteniendo 100 diligencias, 150 carros de cuatro ruedas y elásticos (los primeros introducidos en el país), más implementos de agricultura y molinos. Arribaron junto a la carga, personal experto y técnico para atender su empresa. Pese al despliegue de material y personal, no dejaron de surgirle problemas con sus antiguos socios mendocinos, y por consejo del general Urquiza, les devolvió el capital invertido y devenido, creando una nueva compañía ‘Mensajerías Argentinas’, integrada por los generales Urquiza y Virasoro. Con tales socios, Timoteo Gordillo pudo, en adelante, realizar sus operaciones libremente. Por muchos años tuvo el monopolio de las comunicaciones interiores, del transporte de pasajeros y de la prestación del servicio de correos. Sólo en Buenos Aires no podía competir con la empresa de Rusiñol y Fillol. Por las rutas que Timoteo Gordillo fijó, sólo parcialmente coincidentes con las "carreras de postas", de la época del Virreinato del Río de la Plata, pasaron más tarde los Ferrocarriles Argentinos. Más de la mitad de las rutas nacionales, exceptuadas las tierras del sur, ganadas posteriormente a los indígenas, recorren en la actualidad los recorridos fijados por las Mensajerías Argentinas. En síntesis, la guerra todo le quitó a ese hombre emprendedor, que abriera caminos y mensajerías en las soledades más alejadas del país, que lo llevó en los últimos años de su vida y hasta su fallecimiento, ocurrido el 29 de agosto de 1894, a cambiar su función de empresario, por la de intendente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. --------------------------------- Prof. Rita María Anzalaz - Dirección de Letras, Archivo y Bibliotecas - Secretaría de Cultura.
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